En las aguas del Mediterráneo, resuena una historia de resiliencia, identidad cultural y fe. Es la historia de los “Tabarchini” (tabarquinos), un grupo de genoveses que, tras enfrentarse a conquistas, esclavitud y diásporas, lograron preservar una identidad única que perdura hasta nuestros días.
La historia comienza en 1540, cuando la familia genovesa Lomellini, estableció una colonia en la isla tunecina de Tabarka para la explotación del coral rojo. Este enclave, se convirtió en un centro comercial estratégico durante dos siglos. Sin embargo, en 1741, las fuerzas del Bey de Túnez conquistaron la isla, esclavizando a sus habitantes. Este evento marcó el inicio de la diáspora tabarquina, que se extendió por el Mediterráneo.
Diversas potencias, incluyendo España y Cerdeña, intervinieron para rescatar y reubicar a los tabarquinos. Este éxodo culminó en la fundación de tres nuevos asentamientos: Carloforte y Calasetta en Cerdeña, y Nueva Tabarca, frente a la costa alicantina. Cada una de estas comunidades refleja una faceta única de la historia tabarquina.
Del 28 de noviembre al 2 de diciembre de 2024, Génova, y específicamente Pegli, ha sido testigo de un evento histórico: el Encuentro de las Comunidades Tabarquinas, organizado por la Asociación Pro Loco Pegli, que preside Cesare Venturelli y que ha unido a representantes de Carloforte, Calasetta y Nueva Tabarca, para celebrar su herencia común.
En total, hemos acudido al encuentro 75 personas de las tres delegaciones, compuestas por: 28 personas de Carloforte, encabezada por su alcalde Stefano Rombi y por el presidente de la Pro Loco carlofortina Gianni Repetto, 21 de Calasetta, encabezada por su alcalde Antonello Puggioni y 26 de Nueva Tabarca, encabezada por Antonio Ruso.
Las actividades celebradas, incluyeron:
- Conferencias en el Hotel Mediterranée de Pegli (antigua Villa Lomellini): historiadores, lingüistas y autoridades locales, se reunieron la tarde del viernes 29 para resaltar la importancia de preservar la “Epopeya Tabarchina” como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En el acto, fue presentado el libro “La epopeya de un pueblo” de Mauro Avvenente (de madre tabarquina). Intervinieron, además: Marco Bucci, nuevo gobernador de la región de Liguria, Pietro Piciocchi, alcalde en funciones de Génova y Guido Barbazza, presidente del Municipio VII Ponente.
- Recepción de las tres comunidades en el Palacio Municipal de Pegli: celebrada la noche del viernes,presidida por Guido Barbazza, presidente del Municipio VII Ponente, en la que intervinieron los representantes de las tres delegaciones.
- Ceremonias religiosas: el sábado día 30, se celebró una misa en la catedral de Nuestra Señora del Huerto de Chiavari, para recordar al padre Juan Bautista Rivarola.
Al día siguiente, domingo, en la iglesia de la Inmaculada de Pegli, tuvo lugar una solemne celebración eucarística oficiada por el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo metropolitano emérito de Génova, en honor a la Virgen del Esclavo, a la que asistieron numerosas autoridades civiles y militares, encabezadas por el gobernador de la región de Liguria, Marco Bucci.
- Acto conmemorativo: En una plaza, junto al hotel Mediterranée de Pegli, donde nos alojamos, se colocó un monolito con tres placas que celebran la historia tabarquina y conmemoran este encuentro.
- Eventos culturales y gastronómicos: sábado, cena de hermandad en el restaurante Daö Vittorio de Recco, donde se degustó un menú típico carlofortino, con intercambio de regalos, entre las delegaciones de Carloforte, Calasetta y Nueva Tabarca.
El domingo, tras la misa, comida de despedida en el Hotel Mediterranée, presidida por el cardenal Bagnasco, los representantes de las tres delegaciones y los presidentes de la Asociación Pro Loco de Pegli y Carloforte.
En definitiva, un encuentro que ha reafirmado la fuerza de los lazos históricos y sentado las bases para futuras colaboraciones culturales de los tres grandes asentamientos tabarquinos:
- Carloforte (1738):
Situada en la isla de San Pietro, Carloforte fue el primer refugio tabarquino bajo el patrocinio del rey Carlos Manuel III de Cerdeña. La comunidad prosperó gracias a la pesca y al comercio, conservando hasta hoy su dialecto tabarquino y tradiciones culturales.
- Calasetta (1770):
Fundada en la vecina isla de Sant’Antioco, Calasetta comparte la misma herencia tabarquina, aunque su economía se orientó más hacia la agricultura y la producción de sal. Junto a Carloforte, forma un enclave cultural unido por la lengua y las costumbres genovesas.
- Nueva Tabarca (1770):
El rescate de los esclavos tabarquinos por parte de Carlos III de España llevó al establecimiento de esta colonia en la isla Plana, frente a Alicante.
El 19 de marzo de 1770, coincidiendo con el primer aniversario de su llegada a Alicante, las familias tabarquinas se trasladaron a la isla, que desde entonces pasó a denominarse Nueva Tabarca, en honor a su lugar de origen en Túnez.
La comunidad, liderada espiritualmente por el padre Giovanni Battista Rivarola, fraile agustino, se adaptó a un entorno difícil, desarrollando una economía basada en la pesca. En reconocimiento a su dedicación y liderazgo espiritual, el padre fue sepultado bajo el altar mayor de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, donde su memoria perdura como símbolo de fe y resiliencia para los habitantes de la isla.
Aunque el dialecto tabarquino se perdió con el tiempo, su legado cultural sigue vivo en la arquitectura, los apellidos y las tradiciones religiosas.
La historia de Nueva Tabarca es testimonio de la resiliencia y adaptación de los tabarquinos, quienes, tras superar adversidades como el cautiverio y el desplazamiento, lograron establecer una comunidad próspera en un nuevo entorno. Su legado perdura en la arquitectura, las tradiciones y la identidad de la isla, que continúa siendo un símbolo de la rica interacción cultural en el Mediterráneo.
En Nueva Tabarca, apellidos como Ruso, Chacopino, Luchoro, Manzanaro, Pitaluga y Parodi, entre otros, recuerdan las raíces genovesas de sus primeros pobladores.
El Archivo Municipal de Alicante conserva un documento histórico de gran relevancia titulado “Matrícula de los tabarquinos. Relación de 1769”. Este registro detalla las familias y personas que fueron acogidas en la isla de Nueva Tabarca en el siglo XVIII, tras su liberación del cautiverio en Argelia.
Otro documento interesante es la tesis doctoral de José Manuel Pérez Burgos, titulada “Nueva Tabarca, patrimonio integral en el horizonte marítimo”, una obra exhaustiva que analiza la isla de Nueva Tabarca desde múltiples perspectivas, destacando su valor patrimonial integral. Se centra en la importancia de la isla como enclave patrimonial, resaltando su singularidad en el contexto mediterráneo y su relevancia histórica y cultural. Esta tesis es una referencia fundamental para comprender la complejidad y riqueza de Nueva Tabarca, ofreciendo una base sólida para futuras investigaciones y estrategias de conservación y puesta en valor de este enclave único.
La Asociación Tabarca Cultural, organizadora del viaje a Génova, encabezada por Antonio Ruso Castelló, continúa su labor para preservar el patrimonio de la isla. En su trabajo destaca la promoción de la candidatura de la “Epopeya Tabarchina” como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una iniciativa que uniría oficialmente a estas comunidades en su lucha por mantener viva su herencia. Como resaltó Antonio Ruso, en uno de sus discursos, “los encuentros con nuestras comunidades hermanas de Carloforte y Calasetta, así como este viaje a Pegli-Génova, despiertan en nuestros corazones una historia olvidada y lejana. Con gran emoción, volvemos a los albores de nuestra historia, que comenzó en 1540”.
En la actualidad, la isla de Nueva Tabarca es un destino turístico destacado, conocido por su patrimonio histórico, sus aguas cristalinas y su rica biodiversidad marina. La isla fue declarada Reserva Marina, primera en España y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lo que refleja su importancia ecológica y cultural.
La historia tabarquina es un ejemplo inspirador de unidad, resiliencia y pertenencia. Desde las aguas de Túnez hasta las costas de Cerdeña y Alicante, este pueblo ha superado la adversidad para mantener viva una identidad única.
Quiero dar las gracias a la Asociación Tabarca Cultural, por haberme permitido compartir este histórico viaje y por preservar la memoria de aquellos tabarquinos que fundaron la isla de Nueva Tabarca, a la que desde joven acudo cada verano.