Los Masai de Kenia.

En mi viaje por Kenia pude conocer y convivir con una Etnia, que a pesar del glamour y el misticismo que les rodea, fruto de las películas y las leyendas que sobre ellos circulan, viven en una precaria situación económica y territorial. Son los Masai de Kenia.

Los Masai o Masais, también escrito Maasai, son una etnia africana formada por 400.000 personas aproximadamente, que viven en el Sur de Kenia. Además hay otros 400.000 Masai en el Norte de Tanzania. Las cifras son diversas según las fuentes consultadas.

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Un problema creciente para ellos, lo constituye la pérdida de sus terrenos tradicionales de pastoreo por el interés del gobierno Keniata en crear y ampliar los espacios protegidos, dejándoles sólo las áreas más secas y menos fértiles.

Los Parques Nacionales de Nairobi, Amboseli, Samburu, Lago Nakuru y Tsavo y la Reserva Nacional Masai Mara son un ejemplo.

Hablan el dialecto Maa, que es una lengua nilótica oriental, si bien muchos de ellos son capaces de expresarse correctamente en Swahili e Inglés.

Desde su infancia, los hombres pasan por varias etapas en la que desarrollan diversas tareas según su edad. Así hasta la pubertad, se dedican principalmente a cuidar y pastorear el ganado.

Luego tras la circuncisión, se convierten en guerreros, edad en la que aún hoy, se mantiene la tradición de cazar algún león para demostrar su valor, sobre todo cuando tienen que defender su ganado.

La Eunoto, ceremonia tradicional que dura cuatro días, pone fin al periodo en que los Masai son guerreros. El ceremonial materno de afeitar el pelo de su hijo, es un acontecimiento que marca el comienzo de la edad Adulta, en la que abandonarán la casa familiar.

El matrimonio con una o varias mujeres, ya que son polígamos, los convierte en Adultos, enfrentándose a partir de ahora a las responsabilidades de criar a sus hijos y de adquirir ganado, el mayor de sus activos.

Cuando lleguen a Ancianos, dictarán las normas de los poblados, sobresaliendo entre ellos un Laibon o líder espiritual.

En las mujeres Masai, está todavía extendida la práctica de la ablación en las niñas, que marca el paso de la pubertad a la edad Adulta. Ellas dedicarán su vida al cuidado del hogar y de los hijos.

Tanto los hombres como las mujeres lucen vistosas dilataciones en las orejas.

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Acostumbran a vestir una tela anudada sobre los hombros de vivos colores, generalmente roja y con diseños geométricos, sobre otras piezas de ropa.

 La mayoría de los Masai mantienen su religión tradicional, centrada en torno a creencias místicas que conciernen a su etnia, a su ganado y a su Dios, Enkai, aunque en los últimos años muchos se han convertido al cristianismo.
No entierran a sus muertos, porque no creen en el más allá, abandonando  el cadáver para que sea devorado por los animales.

Las vacas son sagradas y, por tanto, lo son su tierra donde las pastorean y todos los otros elementos concernientes a su ganado.

El ganado, vacas y cabras, les provee de los ingredientes de su dieta básica: leche, sangre y carne. Además de cuero y pieles.

Producen una especie de yogur fermentando con la leche y la sangre de las vacas.

Los Masai viven en asentamientos llamados Manyattas, círculos de chozas rodeadas de ramas de espinos de acacias, y empalizadas de troncos para encerrar el ganado y mantenerlo a salvo de los depredadores.

Las chozas las construyen con unos ladrillos preparados a base de excrementos de vaca, paja y barro a fin de impermeabilizarlos y endurecerlos. No tienen ventanas, pero suelen contar con diminutos tragaluces.

Al entrar en su interior, si está el fuego encendido, hay una atmósfera irrespirable debido al humo y la escasa ventilación, como pude comprobar personalmente. La ventaja, es que sirve para ahuyentar a los insectos.

 

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Choza Masai

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Interior choza Masai. Comida típica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los bailes de los hombres, al son de una canción llamada Empatia, son muy vistosos. En el punto más alto de sus conocidos saltos sacuden los hombros. Estos bailes y  los cánticos de las mujeres, forman parte de sus ritos tradicionales y ahora constituyen una fuente de ingresos cuando los exhiben ante los turistas.

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Hoy en día, los Masai se han visto cada vez más forzados a sedentarizarse y muchos consiguen trabajo en las ciudades, o como guardas, askari en swahili, en los Hoteles de los Parques mencionados o en los Lodge de la Reserva Masai Mara.

Dada la precariedad con la que viven, cualquier ayuda es bienvenida, así que aprovechamos el viaje para llevar material escolar a los niños Masai de la Escuela de Oloolaimutia.

Hay Proyectos en marcha para ayudar a la población Masai, como el que desarrolla la empresa de calzado Pikolinos de Elche, con el fin de mejorar su calidad de vida.

Te dejo con una galería de mis fotos realizadas en el Poblado Masai de Oloolaimutia, situado dentro de la Reserva Nacional Masai Mara. Sobran las palabras, las caras de los niños lo dicen todo.

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