El pasado 31 de octubre, la Concatedral de San Nicolás de Alicante se convirtió en un templo consagrado al vino y a la historia. En su claustro, bajo la luz de los candiles y el eco de la piedra dorada, tuvo lugar la cata “In Fondillón Veritas”. Una de las más esperadas del seminario «Alicante, capital histórica del vino mediterráneo«, por fusionar lo terrenal con lo divino.



Dirigida por dos «dioses» del vino, Ferran Centelles, sumiller y colaborador de Jancis Robinson, y el valenciano Pedro Ballesteros MW, Ingeniero Agrónomo y Master en Viticultura y Enología, la sesión fue un auténtico viaje al alma del Fondillón, ese vino que trasciende el tiempo y convierte la paciencia en virtud.


En el silencio sagrado de la Concatedral, el vino y la espiritualidad dialogaron como siempre lo han hecho en la historia de Alicante: el vino como símbolo de vida, de fe y de memoria.
🍇 Fondillones catados
1. Laudum Fondillón Gran Solera 1994 — Bocopa (Petrer)
Color caoba oscuro, nuez y dátil en nariz; boca equilibrada con final a tabaco y frutos secos. Homenaje a la tradición literaria del vino que inspiró a Alejandro Dumas.

2. Fondillón Gran Mañán 1982 — SCM (Monóvar)
Aromas a pasas y caramelo, con toques de naranja confitada; textura envolvente y profundidad mediterránea.

3. Fondillón “Abuelo Roberto” 1973 — Bodegas Alejandro Pérez (Monóvar)
Cacao, especias y fruta pasificada; boca sedosa, de trazo clásico y alma familiar.

4. Fondillón “Tesoro de Villena” Solera 1972 — Bodegas Las Virtudes (Villena)
Notas de madera noble, vainilla y almendra tostada; equilibrio y persistencia con un elegante recuerdo oxidativo.

5. Guardianes del Fondillón Gran Solera 1955 — Vinos de Algueña (Algueña)
Brillante tonalidad caoba; aromas a miel, café y nuez moscada; paladar redondo y muy complejo.

6. El Abuelo Fondillón Gran Reserva Solera 1892 — Primitivo Quiles (Monóvar)
Símbolo vivo de la memoria alicantina: pasas, barniz antiguo, miel y especias. Seco, potente y eterno.

7. Fondillón 1930 — MG Wines (Monóvar)
Cacao, nuez y balsámicos; dulzor elegante sostenido por una acidez vibrante. Serenidad y precisión enológica.

8. Luis XIV Fondillón (Edad superior a 50 años) — Colección Toneles Centenarios (Cañada, Alto Vinalopó)
Ámbar oscuro, miel e incienso; boca sedosa, larga y espiritual. Una joya que une devoción y paciencia.

9. Gran Fondillón Reserva 1970 — Bodegas Brotons (Alicante)
Fruta confitada, toffee y especias dulces; estructura firme y final profundo con toques salinos. Una pieza de colección que rinde honor a la memoria del vino de reyes.

🍷 Conclusión
El Fondillón no es solo un vino; es una oración hecha de tiempo, de madera y de paciencia. Cada solera guarda siglos de sabiduría y una devoción que solo Alicante ha sabido preservar.
En la Concatedral de San Nicolás, su cata fue un acto casi litúrgico, donde el vino se transformó en símbolo: la tierra se hizo espíritu, y el espíritu se hizo memoria.



Como recordó Pedro Ballesteros:
“No hay ningún vino que se parezca al Fondillón. Es un vino de reflexión”
Así terminó una cata que no solo celebró el vino de Alicante, sino también la fe en su eternidad. Un magnifico colofón a las jornadas «Alicante, capital histórica del vino mediterráneo«, organizadas por Vinos Alicante DOP.


✍️📷 Miguel Ángel López Andújar
Miembro de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV)
